FORMACIÓN DE PROMOTORES COMUNITARIOS EN EL ÁREA DE AGROECOLOGÍA PARA EL INCENTIVO DEL DESARROLLO ENDÓGENO
Autora:
Elitza Celis
C.I N° V-15.453.563Maestrante
UPEL - IPR "El Macaro"
Altagracia de Orituco
En sus
inicios la agricultura buscó ser una actividad a través de la cual se
producirían los alimentos, textiles y materiales útiles para suplir las
necesidades de nutrición, salud, trabajo y bienestar del ser humano, a través
del tiempo esta situación ha fracasado en su objetivo primordial, debido a que
ha generalizado sus técnicas, ofreciendo productos desequilibrados, con
carencias nutricionales, presencia de residuos químicos indeseables, además de
mayor pobreza rural, concentración de capital, perdida de saberes, cultura y
deterioro ambiental, siendo éste último el que repercute fuertemente en el seno
de las familias agrarias.
A nivel mundial la agricultura ha sido
uno de los sistemas culturales introducidos por manera complementaria, según lo
citado por Altieri (1995), permitía generar excedentes de intercambio en
diversos renglones productivos y posibilitaba el desarrollo, visto éste, como
el cambio de influencias con otras culturas en torno al comercio, y con el
tiempo la progresiva sistematización de la producción, no sólo agrícola sino
que se consolidó el ser humano en la naturaleza cuya función principal ha
estado orientada hacia la producción de alimentos sin dejar por fuera la
materia prima para la construcción y otras labores artesanales, propias de las
necesidades básicas de supervivencia humana.
Bajo esta concepción, se hace
necesario establecer proyectos, planes y estrategias que vayan en función del
desarrollo rural, centrado en las áreas agrarias en las que se pretenda mejorar
la calidad de vida de la población, a través de procesos de participación local
y mediante la potencialización de sus propios recursos, concibiéndose como el
avance sostenible proponiéndose la agroecología, la cual consideran Caporal y
Morales (2006), es la base de una verdadera sustentabilidad rural, en este
sentido explican que la actividad agrícola, desde esta perspectiva, necesita proteger
y conservar los recursos naturales, así como producir alimentos sanos, libres
de contaminantes químicos y accesibles a toda la población. Agregando que, la
agricultura para ser sostenible no puede ser responsable por la contaminación
del aire, del suelo y del agua, basándose en el manejo ecológico de los
recursos naturales para el diseño de métodos de desarrollo endógeno, así mismo
necesita utilizar en la mayor medida posible los elementos de residencia
específicos de toda entidad local, potenciándose la capacidad endógena de
transformar, visualizándose como algo en continuo movimiento en donde cabe la
internalización de lo externo, siempre y cuando tal asimilación respete la
identidad local y como parte de ella, la auto definición de calidad de vida y
que no resultan agresivos, ni antitéticos a su lógica de funcionamiento.
De todo esto se
desprende que para que sea eficaz esa formación agroecológica el primordial
medio es la propia colectividad educativa, la cual consiste en el área
físico/orgánico, el medio socio económico, cultural, donde logran integrarse
todas las áreas de producción para utilizar métodos académicos y no académicos,
además de ser una alternativa en el mejoramiento ambiental, en la producción de
alimentos de calidad, así como en el desarrollo de capacidades, en el
empoderamiento de las familias y de sus organizaciones pero también hay que
tener en cuenta, que se debe generar una actitud para hacer un cambio de mayor
grado, de asumir el gran desafío como seres pensantes, creativos, innovadores,
desde una mirada integradora, hacer incidencia política concertando voluntades
que contribuyan a transmitir o difundir las experiencias y conocimientos que se
obtendrán en el proceso.

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